Materiales para forrar paredes exteriores
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El hormigón es una mezcla de varios elementos, como cemento, arena, grava y agua. Para la construcción de una casa, se encuentra el hormigón en forma de bloques de hormigón o bloques de cemento.
A diferencia del hormigón, los ladrillos son más caros. Además, construir un muro de ladrillos requiere experiencia. La porosidad de estos materiales se convierte en un inconveniente cuando el nivel de humedad es elevado. Además, los ladrillos viejos son sensibles a las heladas, que pueden afectarlos.
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La construcción de un hogar saludable y sostenible requiere el uso de materiales que tengan un bajo impacto en el medio ambiente. Muchos (¿la mayoría?) de los productos y soluciones actuales tienen un impacto negativo sobre el medio ambiente y la salud de los ocupantes.
La calidad del aire interior se ha convertido en un factor importante a la hora de juzgar la idoneidad de una casa que pretende ser ecológica. Una de las soluciones para mejorar este aire es el uso de pinturas descontaminantes cuyo principio es destruir las moléculas bacterianas presentes en el aire y, así, generar un ambiente más saludable.
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En todos los casos, una vez establecida la compatibilidad con la estructura, compruebe el rendimiento del material. Tanto en términos de resistencia como de capacidad de aislamiento. Siempre se puede confiar en los elementos de mampostería tradicionales.
El hormigón celular se presenta en forma de bloques de hormigón. Es similar a la piedra de escombros o a los bloques de brisa. Se fabrica moldeando una mezcla de agua, arena, cemento, polvo de aluminio y aire.
También llamado cob, el ladrillo crudo es una mezcla de tierra, paja y agua. Tiene propiedades aislantes: con una baja conductividad térmica proporciona un buen confort térmico.
La madera es un material ecológico por su carácter reciclable y su baja emisión de energía gris. Como recordatorio, se trata del equivalente de CO2 producido durante todo el ciclo de vida de un material.
